sábado, 15 de junio de 2013

(_¸.•'´ *Solo Amigos*`'•.¸_) Jemi Cap:9 Dedicado a misnatu82



—Liam ha cambiado el nombre de su esposa por el de Ashley y tú puedes hacer lo mismo, ¿no?
— ¿Para qué? Ashley ya tiene su billete.
—No estoy hablando de Ashley. Estoy hablando de mí.

Capítulo 4
Demi?—repitió Joe.
—Parece que hay un billete de avión para las Seychelles, ¿no? Puede que a ti no te apetezca pasar una semana en una isla tropical, pero yo hace siglos que no tengo vacaciones.
No podía soportar que el pobre Joe tuviera que estar solo esa semana. No le pasaría nada, por supuesto, Joe podía con todo, pero aun así, tener que ver a Ashley con el tal Liam...
— ¿Lo dices en serio?
—La verdad, pasar una semana de vacaciones con los gastos pagados suena de cine.
— ¿Podrías soportarlo?
—Por supuesto. Además, te estaría echando una mano. ¿Quién va a saber que yo no soy tu prometida?
—Ashley y Liam.
—Después de lo que te han hecho, supongo que tendrán la boca cerrada. Yo no tengo los contactos de Ashley, pero puedo hablar con todo el mundo igual que ella. Probablemente, mejor —insistió Demi.
—Eso desde luego, tú puedes hablar con toda Inglaterra.
—Pues eso. Sería una forma de quedar bien... y así no estarías solo. Además, ya sabes que muchas veces la gente cree que somos pareja.
—Pero tendríamos que compartir habitación —objetó Joe.
—No sería la primera vez.           
—Entonces éramos estudiantes. Ya no es lo mismo, Demi.
No, no era lo mismo. Entonces sólo era un compañero de facultad. Antes de convertirse en alguien tan necesario para ella como el aire.
—Tienes razón, no es lo mismo. Pero no será fácil para ti estar con Ashley y Liam... que, por cierto, vaya nombre más idiota. Seguro que se llama Bryan y para hacerse el interesante... en fin, bueno, ¿qué estaba diciendo?
Joe soltó una carcajada.
—Ahora no podré mirar a Liam sin reírme.
—Bueno, el caso es que es una buena idea ir contigo —insistió Demi—. Necesitas ir con una amiga, ¿no crees?
—Supongo que eso depende de la amiga —sonrió él—. Pero sí, la verdad es que no estaría mal un poco de apoyo.
—Pues eso digo yo. Y si tengo que hacerme pasar por tu prometida, no me importa. Y no me importa en absoluto compartir habitación.
— ¿Y si tenemos que compartir cama?
Demi tragó saliva.
—Los dos sabemos cómo están las cosas. Yo sé que estás enamorado de Ashley y tú sabes que yo estoy enamorada de Will. No creo que haya malentendidos. Piénsatelo mientras te sirvo otra copa.
Joe ya había tomado dos whiskies. Quizá por eso la idea empezaba a parecerle perfecta. ¿Qué había de malo en que dos amigos compartieran cama? Especialmente cuando ella había dejado claro que estaba enamorada de Will. No podía haber malentendidos.
Y en cuanto a él, naturalmente estaba dolido por lo de Ashley. Ningún hombre decente estaría allí, apenas unas horas después de romper un compromiso, preguntándose cómo sería compartir cama con otra mujer.
No estaría pensando en la suavidad de su piel, en la fragancia de su pelo o en su boca cuando sonreía...
No estaría pensando que dormir con ella no iba a ser tan fácil.
Descubrir que uno no es el hombre decente que cree ser era lo único que le faltaba aquel día, pensó Joe, resignado.
No se merecía el cariño de Demi. Sabía que se había ofrecido a ir con él a las Seychelles por compasión, pero lo cierto era que le iría bien unas vacaciones. Después de su ruptura con Will y debido a su caótica situación financiera, seguramente no podría pagar unas vacaciones.
No le importaba hacerle creer que necesitaba su apoyo después de la ruptura con Ashley y, además, sería estupendo ir con ella. Le caería bien a todo el mundo, excepto a Ashley y Liam, y su presencia haría que todo fuera meaos incómodo.
Sí, había muchas razones para llevarse a Demi con él de vacaciones, pero la verdad era que quería estar con ella. Sería divertida, sería una amiga.
— ¿Te lo has pensado? —preguntó Demi, ofreciéndole otro whisky.
—Sí.
— ¿Y?
—Creo que es buena idea. Así sería todo más fácil para Ashley.
—Claro, claro, que la pobre Ashley no sufra —replicó Demi.
— ¿Te estás poniendo sarcástica?
— ¡Es uno de los servicios de mi empresa! —rió ella—. Por favor, Joe, acaba de dejarte... No te preocupes tanto por Ashley, preocúpate de ti mismo. Y podrías enfadarte un poco, ¿no? Sería lo más natural.
—Tú no estás enfadada con Will, ¿verdad? Sin embargo, sé que te rompió el corazón.
Demi abrió la boca, pero decidió no tocar el tema.
—No esperarás que sea amable con Ashley, ¿no? Yo no soy tan tolerante como tú.
—No va a ser fácil para ninguno de los dos, pero debemos centrarnos en el contrato de C.B.C. Tenemos que enseñar a esos ejecutivos a trabajar en equipo y no les haría ninguna gracia que Ashley y yo estuviéramos discutiendo.
—Ah, ya, claro. Seré buena —sonrió Demi.
Joe sonrió también, mientras estiraba las piernas. Para ser un hombre al que acababan de romper el corazón se sentía sorprendentemente feliz. Le gustaba estar de nuevo con Demi; con Ashley no era lo mismo.
— ¿Cuándo nos vamos? —preguntó ella.
—El lunes a las doce tenemos que estar en el aeropuerto. Vendré a buscarte para ir juntos a Heathrow.
—Porque crees que si voy sola llegaré tarde.
—Si vas sola llegarás cinco minutos después de que haya despegado el avión —rió Joe—. Además, como se supone que estamos prometidos lo mejor será hacer las cosas bien. Y, por una vez, espero que estés lista a tu hora.
Demi le sacó la lengua. Ella nunca había perdido un avión. Cierto, estuvo a punto varias veces, pero la verdad era que los aviones nunca despegaban a su hora.
—Y supongo que vendrás a buscarme al amanecer.
Entonces empezó a pensar en qué ropa iba a llevarse... quizá debería ir de compras, se dijo. Joe no lo entendería, pero para enfrentarse con Ashley necesitaba un buen vestuario.
— ¿Y tu trabajo? ¿Te darán una semana de vacaciones sin problema?
¿Por qué se preocupaba de su trabajo? Había cosas más importantes en qué pensar.   
—A mi jefa no le hará mucha gracia, pero me debe un mes de vacaciones. Afortunadamente, Louise es una romántica. Si se pone pesada le diré que voy a casarme y que te has empeñado en llevarme a las Seychelles para celebrarlo.
Joe no parecía muy convencido.
—No le digas que nos conocemos desde hace catorce años.
—Louise lo sabe, pero puedo decirle que todo ha cambiado de repente. Que, de pronto, hemos descubierto que queremos ser algo más que amigos.
— ¿Y se lo creería?
—Esas cosas pasan, ¿no? El amor aparece cuando menos lo esperas.
—Si lo dices así, suena hasta convincente.
Los dos se quedaron en silencio. El corazón de Demi latía a toda velocidad. «No le mires», se decía. Pero era como si una fuerza invisible la obligase a mirarlo.
—Mientras pueda convencer a Louise... Es lo más importante —dijo por fin.
—Sí, claro. Lo más importante.
Silencio de nuevo. Ojala pudiera decir algo, pero se le había quedado la mente en blanco. Sólo podía pensar en lo cerca que estaba Joe y en lo fácil que sería tocarlo.
Al final, fue él quien habló primero. Después de aclararse la garganta, preguntó:
— ¿Seguro que quieres venir?
— ¿Quién diría que no a una semana de vacaciones en las Seychelles?
—Cuando Ashley lo contó a ti no te pareció tan buena idea.
—No tendré que bucear, ¿verdad?
—Si me quisieras, lo harías —sonrió Joe—. Si quieres convencer a la gente de que eres mi prometida, tendrás que hacer un esfuerzo.
Lo había dicho muy serio, pero Demi descubrió un brillo burlón en sus ojos. Le estaba tomando el pelo.
—Le diré a todo el mundo que nuestra relación se basa en la atracción de los polos opuestos. Después de un par de días tirada en la playa, te aseguro que podré ser amable con todo el mundo... incluso con Ashley.

— ¿Que te vas dónde? —exclamó Selena a la mañana siguiente, cuando Demi la llamó por teléfono—. ¿Con quién?
Impaciente, Demi volvió a explicarle la situación, como había hecho con Miley poco antes.
—A ver si lo entiendo. ¿Joe y tú os habéis prometido sin consultarnos ni a mí ni a Miley?
—Sólo será una semana —suspiró Demi—. Y no es un compromiso de verdad. Además, Taylor y tú hicisteis exactamente lo mismo.
—Sí, y mira lo que pasó. Debes tener cuidado. En esa situación, aparentar no será tan fácil.
—Lo sé —dijo Demi, para quien el problema no sería fingir que estaba enamorada de Joe sino fingir que no lo estaba.
—Será difícil para los dos. A Joe no le hará ninguna gracia ver a Ashley con otro hombre. Ni siquiera una persona tan tranquila como él puede pasar por ese trago sin que le afecte.
— ¿Qué estás intentando decir, Selena?
—Que tengas cuidado. Sé que Joe y tú sois muy amigos, pero os encontraréis en una situación muy íntima y es fácil imaginar que... acabaréis buscando consuelo.
—Pensé que Miley y tú queríais que acabásemos juntos —dijo Demi entonces, intentando bromear.
—Joe se merece algo más que una novia que no sabe lo que quiere y tú mereces algo más que ser su novia de rebote.

Demi seguía pensando en aquella conversación cuando fue a comer con Joe unas horas más tarde. Selena tenía razón, lo sabía, y tendría cuidado, pero cuando su jefa, a regañadientes, aceptó que se tomara una semana libre estuvo a punto de dar saltos de alegría.
Se sentía como en los viejos tiempos. Era sábado, iba a comer con Joe y los dos estaban relajados, charlando y riendo como si la tensión de la noche anterior no hubiera existido. Tanto que Demi debía recordarse a sí misma el asunto de Ashley. Pero Joe no la había olvidado.
—He llamado a Ashley esta mañana.
— ¿Y qué tal se lo ha tomado?

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