sábado, 15 de junio de 2013

(_¸.•'´ *Solo Amigos*`'•.¸_) Jemi Cap:12 Dedicado a lauromero jemilove



Aunque él no sabía qué perfume usaba su hermana. No podía cerrar los ojos y recordar cada rasgo del rostro de su hermana, incluso las pestañas. Y, aunque la quería mucho, no se sentía mejor sólo por estar a su lado.
Como le pasaba con Demi.
Estaba enamorado de ella.
Era como si el mundo se hubiera puesto patas arriba. ¿Cuándo había ocurrido? ¿Cómo había ocurrido?
— ¿Qué quería Ashley? —preguntó Demi entonces, acercándose.
—No, nada...
Sólo quería hacerlo dudar, pensó. Sólo quería que se volviera loco.
—Quería darme las gracias —dijo por fin, intentando recuperar la calma.
— ¿Por qué?
—Por ser tan comprensivo.
—Ya podía serlo ella —replicó Demi—. ¿Te ha dicho algo más?
—Que hubiera sido un error casarse conmigo.
—Pues no es la única que lo piensa. He estado hablando con Sally y me ha dicho que se alegra de que hayas cortado con ella.
Joe la miró, pensativo.
— ¿Te pasa algo?
—No, nada. Es que Ashley ha dicho una cosa...
Demi se sintió culpable. A pesar de todo, Joe había estado enamorado de Ashley y ella no dejaba de hacer comentarios desagradables sobre su ex prometida.
—Lo siento, perdóname.
—No es culpa tuya —murmuró él, como si estuviera pensando en otra cosa.
¿Qué le habría dicho Ashley? Fuera lo que fuera, le había dolido.
—Todo saldrá bien, Joe.
— ¿Tú crees?

El hotel estaba situado bajo una colina cubierta de exuberante vegetación, frente a una playa de arena blanca en medio del océano Índico. Todo era de un verde imposible y el mar de un azul casi transparente. En contraste con la grisura de Londres, aquello parecía casi irreal.
El autobús los dejó en el bar del hotel y allí fueron recibidos por la representante de C.B.C., una joven rubia que se presentó como Cassandra, que iba de grupo en grupo con un cuaderno en la mano.
— ¿Joe Kingston? Ah, aquí está —sonrió, mirando a Demi—. Su mujer, supongo.
—Mi prometida. Demi Stevenson.
— ¿Ah, sí? Yo me caso el año que viene —sonrió Cassandra, mostrando su anillo—. Deberíamos intercambiar impresiones.
Demi sonrió también.
—Aún no hemos pensado en la boda. Acabamos de comprometernos.
—Puedo prestarte revistas de novia. Así podrás leerlas en la playa.
¿Qué podía decir, que ella no iba a necesitar revistas?
—Muchas gracias.
—Os va a encantar la habitación. Es muy romántica —sonrió Cassandra.
Sería romántico si las circunstancias fueran diferentes. Si Joe no estuviera enamorado de Ashley, por ejemplo, pensó Demi.
La habitación era maravillosa, con un balcón que daba al mar... pero lo primero que vio fue la cama de matrimonio, una cama enorme con sábanas de lino y pétalos de flores sobre las almohadas.
—Muy romántico —le dijo a Joe. Intentaba fingir que la situación le parecía divertida, pero no era así—. Cassandra tenía razón. Una pena que no hayan dejado una botella de champán. Si vamos a fingir que estamos prometidos, por lo menos disfrutemos del asunto.
Joe no contestó y Demi se dio cuenta de que parecía preocupado. La charla con Cassandra debía haberle recordado su fracaso con Ashley.
Pensó que después del largo viaje todo sería más fácil, pero... Durante las largas horas en el avión había tenido que hacer un esfuerzo para concentrarse en el libro que estaba leyendo, pero no fue capaz. Porque no podía dejar de mirarlo de reojo. Habría sido tan fácil apoyar la cabeza en su hombro, echarle los brazos al cuello...
Pero tendría que darle tiempo. Y espacio. Mejor guardar las distancias que recordarle continuamente que estaba con la mujer equivocada.
Demi miró la cama de nuevo. Aunque iba a ser difícil mantener las distancias por la noche.
Era absurdo soñar que ocurriese algo, era absurdo soñar que caerían sobre esa cama riendo y besándose, quitándose la ropa para hacer el amor arrullados por el sonido del mar.
No, lo que debería hacer era dejar en paz a Joe.


Capítulo 7
JOSH apenas se había fijado en la cama. Estaba en el balcón, en silencio, mirando el mar. A Demi le dio un vuelco el corazón. No podía soportar verlo tan triste.
—Es un paisaje precioso, ¿verdad? ¿Te apetece que vayamos a nadar?
—Ahora mismo, no. Voy a ducharme.
—Ah, muy bien. Bueno... yo voy a nadar un rato.
Era como si estuviese intentando evitarla deliberadamente.
Mientras se ponía el biquini, Demi se dijo a sí misma que era una estupidez sentirse ofendida, que era normal que Joe estuviera triste.
Pero, por primera vez, le dio vergüenza estar en biquini delante de él. La había visto miles de veces así, pero las circunstancias habían cambiado y decidió cubrirse con un pareo.
—Nos vemos más tarde.
—Muy bien —dijo Joe, sin mirarla.
Pero la miró cuando paseaba por la playa, su pelo rubio iluminado por la luz del sol.
Cuando se miró las manos, le temblaban. ¿Cómo iba a soportar aquella semana?
Todo era culpa de Ashley. Si no hubiera dicho nada, él habría seguido como hasta entonces, confuso por la atracción que sentía por Demi, pero capaz de echarle la culpa al rechazo de Ashley, capaz de decirse a sí mismo que no pensaba con claridad.
Pero ya no podía hacerlo. Todo estaba demasiado claro. Hasta que Ashley lo dijo, él no había considerado la profundidad de sus sentimientos por Demi, pero tenía razón. Claro que estaba enamorado de ella y seguramente siempre lo había estado.
Mientras podía decirse a sí mismo que la quería como amigo todo iba bien, pero ya no podía decirse eso. No sólo quería a Demi, la necesitaba y la deseaba tanto que le temblaban las manos sólo con mirarla. Estaba deseando acariciarla, explorar su cuerpo, hacerla suya...
Pero no podía ni pensar en ello. Demi había dejado claro que sólo estaba allí como amiga y no podía aprovecharse de ella, especialmente en aquel momento, cuando era tan vulnerable por su ruptura con Will.

Y aunque pudiese decirle que la quería, ¿por qué iba ella a creerlo? No podía estar prometido con una mujer y unos días más tarde estar enamorado de otra, se recordó Joe a sí mismo. Si Ashley no hubiera decidido que su amor por Liam era más fuerte, se habría casado con ella.
¿O no? Su compromiso siempre había tenido un aire de irrealidad para Joe. La sugerencia del compromiso partió de Ashley y él aceptó porque le parecía lo más lógico.
Ahora entendía que sólo había querido olvidarse de Liam, pero no estaba resentido. Todo lo contrario; se alegraba infinitamente de que le hubiese dicho la verdad antes de que fuera demasiado tarde.
Y no podía pensar en nada más que en Demi. En su piel, en el brillo de su pelo, en su forma de caminar, en su risa, en el perfume que iba con ella a todas partes.
Había tenido que hacer un esfuerzo sobrehumano para no abrazarla en el avión. Y aquella noche tendrían que dormir juntos... ¿cómo iban a hacerlo?
El contrato, se recordó a sí mismo. Si se concentraba en eso, quizá podría controlar un poco la situación.
Cuando se cansó de estar en el balcón, Joe decidió bajar a tomar algo al bar y se encontró con su ex prometida. Y, para aprovechar el tiempo, decidieron estudiar la estrategia de la semana, qué querían contar y qué ejecutivos debían ser su objetivo.
Se sentía un poco mejor. Ducharse y ponerse a trabajar era justo lo que necesitaba. Afortunadamente, Ashley también estaba deseando aprovechar el tiempo y así se sentían cómodos. De hecho, era difícil recordar que hubieran tenido otro tipo de relación.
Joe estaba felicitándose a sí mismo cuando Demi entró en el bar, descalza. Llevaba el pareo atado a la cintura y tenía el pelo mojado todavía. Estaba guapísima.
Inevitablemente, había hecho un montón de amigas en la playa y entraban riendo, sin fijarse en ellos.
Joe no reconoció a ninguna de las mujeres, pero sí reconoció las expresiones lujuriosas de los hombres que miraban a Demi. Debería ponerse algo de ropa, pensó, irritado.
—Perdona —le dijo a Ashley—. ¿Qué estabas diciendo?
Intentó seguir trabajando, pero era difícil concentrarse. Y mucho más cuando Demi se acercó a la mesa.
—Hola. ¿Dónde está Liam?
—Durmiendo —contestó Ashley—. Está acostumbrado a viajar en business y no ha podido pegar ojo en esos asientos tan pequeños.
—Ah, qué pena. Podríais haber cambiado los billetes, si los asientos os parecían tan incómodos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario