sábado, 15 de junio de 2013

(_¸.•'´ *Solo Amigos*`'•.¸_) Jemi Cap:13 Dedicado a theJediva



—Hola. ¿Dónde está Liam?
—Durmiendo —contestó Ashley—. Está acostumbrado a viajar en business y no ha podido pegar ojo en esos asientos tan pequeños.
—Ah, qué pena. Podríais haber cambiado los billetes, si los asientos os parecían tan incómodos.
—Uno de los propósitos de esta semana es crear espíritu de equipo— replicó Ashley, con igualmente «sincera» amabilidad—. No viajar con el resto del grupo no habría quedado como un gesto muy solidario.
—Bueno, veo que estáis trabajando, así que no os molesto más. Nos vemos más tarde.
Joe la siguió con la mirada. Dos hombres se habían unido al grupo... y seguramente no podían creer su suerte. Uno de ellos era calvo, el otro tenía barriga. ¿Dónde estaban sus mujeres?
— ¿Por qué no le dices lo que sientes? —le preguntó Ashley entonces.
— ¿Cómo?
—No puedes dejar de mirarla, Joe. ¿Por qué no le dices que estás enamorado de ella?
—No puedo —contestó él—. Demi está enamorada de otro hombre y aunque no lo estuviera, no quiero arruinar nuestra amistad.
Ashley lo miró con curiosidad.
—Qué raro. Llevas toda tu vida arriesgándote... no habría pensado que fueras un cobarde. Te arriesgaste conmigo, ¿no?
—No es lo mismo.
— ¿No merece la pena arriesgarse por Demi?
—Es demasiado importante como para eso —murmuró Joe entonces—. No quiero perderla.
—Quizá a ella le pasa lo mismo. ¿Lo has pensado? Desde luego, no le caigo nada bien. Está celosa, Joe.
—No, lo que pasa es que Demi es muy protectora. Ella cree que me has hecho daño. Además, acaba de cortar con Will y sé que estaba enamorada de él.
—Pero...
—Vamos a dejarlo, Ashley —la interrumpió Joe—. Quiero que repasemos esto de nuevo...
Pero era imposible concentrarse oyendo la risa de Demi a su espalda.
— ¿Quieres que lo dejemos? —preguntó Ashley.
—Tienes razón —suspiró él—. Lo mejor será que nos reunamos con ellos.
Después de invitarla a una copa en la barra, se acercaron a la mesa y Joe miró al hombre que estaba sentado al lado de Demi en el sofá... demasiado cerca en su opinión.
— ¿Le importa?
—No, no, en absoluto.
Estaba preciosa con aquel biquini rojo. Y, a pesar de la crema protectora, su piel había empezado a adquirir un tono tostado...
Joe tuvo que tragar saliva. Cuánto le hubiese gustado que desapareciera todo el mundo para poder tocarla, para poder tumbarla en aquel sofá con estampado de flores tropicales y...
—Hola a todo el mundo. Perdona, Joe, te he asustado —sonrió Cassandra al ver que daba un respingo—. ¿Lo estáis pasando bien? Necesito saber quién quiere apuntarse al curso de esquí acuático. ¿Quién se apunta?
—Yo no quiero hacer esquí acuático —dijo Demi—. Prefiero quedarme en la playa con un buen libro.
— ¿Y los demás, alguien se apunta al curso?
—Liam quiere ir de pesca, pero a mí me gustaría aprender a hacer esquí acuático —dijo Ashley.
—Estupendo. ¿Alguien más?
Joe vaciló, pero la piel desnuda de Demi lo estaba poniendo tan nervioso que tomó una decisión.
—Yo también quiero hacer el curso.
— ¡Pero si ya sabes hacer esquí acuático! —exclamó Demi—. No tienes que hacer un curso.
—No hay nada malo en refrescar viejas nociones.
— ¿Alguien más se apunta? —preguntó Cassandra.
—Yo no, ya tengo suficientes emociones en casa, con los niños —rió una mujer.
—Entonces, sólo Joe y Ashley para el curso —anotó Cassandra en su cuaderno—. Bueno, voy a buscar a alguien que haga de carabina para que Liam y Demi no tengan que preocuparse —añadió, con una irritante risita.
—Yo no estoy preocupada —dijo Demi.
Pero estaba furiosa con Joe. ¿Por qué no se alejaba de la tentación? Si estaba dispuesto a hacer el ridículo yendo tras Ashley con la lengua fuera, era su problema. Pero podía pensar en cómo la hacía quedar a ella.

—Te admiro por ser tan independiente —dijo una de sus compañeras—. Cuando mi marido y yo éramos novios no me separaba de él, por si acaso.
—A mí no me da miedo —dijo Demi, poniendo una mano sobre la pierna de Joe.
Pero al hacerlo notó que él daba un respingo. Genial, ¿por qué no se levantaba y se ponía a gritar a pleno pulmón que no quería que lo tocase?
Pero no podía ser porque ella estaba haciendo su papel. Aunque Joe no supiera hacerlo.
—Sé que mi novio nunca me sería infiel. ¿Verdad, cielito?
Conociendo a Joe, odiaría que lo llamase cielito. Peor para él. Si se portase como tenía que hacerlo, ella no tendría que usar diminutivos.
—Nunca —dijo Joe, con una voz extrañamente ronca.
— ¿Has leído la revista que te di, Demi? —preguntó entonces Cassandra.
—Sí, está muy bien.
Siempre había pensado que leer revistas de novias si una no va a casarse daba mala suerte, pero era una pena no mirar esos vestidos tan bonitos. Además, Cassandra había insistido tanto...
— ¿Sabes una cosa? Creo que deberíamos organizar el banquete al estilo árabe —dijo entonces, burlona—. Yo podría llevar un vestido inspirado en Las mil y una noches y tú irías vestido de jeque...
—Ni muerto.
—Venga, sería muy divertido. Y muy apropiado, además. Tú has pasado mucho tiempo en el desierto.
—Y también paso mucho tiempo en Inglaterra. No pienso ir más allá de un chaqué.
Imaginar a Joe en la iglesia del pueblo de sus padres, esperándola en la puerta... había querido hacer una broma, pero se le encogió el corazón.
Cassandra estaba contando que la suya sería una boda convencional.
—Pero los niños irán vestidos de marineritos y las mesas estarán decoradas con conchas y estrellas de mar.
— ¿Cuándo te casas?
—En mayo del año que viene. ¿Y tú?
«Nunca», estuvo Demi a punto de decir.
—Cuanto antes, mejor. ¿Verdad, Joe?
—Sí —contestó él, levantándose abruptamente—. Se está haciendo tarde. Deberíamos ir a cambiarnos.
Ashley se levantó también.
—Sí, será mejor que despierte a Liam.
Genial. ¿Por qué no anunciaban públicamente que estaban buscando una excusa para quedarse a solas?
Humillada por el brusco rechazo de Joe, Demi se levantó, con los ojos relampagueantes.
—Yo también voy. Tengo que ducharme.
Tomó su mano para salir del bar, pero en cuanto estuvieron en el pasillo Joe la soltó. Demi dejó escapar un suspiro. Era una pena sentirse triste en un sitio tan romántico. Tenía» que hablar, se dijo.
— ¿Quieres que vayamos a dar un paseo por la playa?
— ¿No querías ducharte?
—Sí, pero no hay prisa.
—Deberías haberte quedado en el bar. Parecías estar pasándolo muy bien.
Demi empezaba a perder la paciencia.
—Se supone que soy tu prometida, Joe. Y ninguna prometida dejaría que su novio se fuera con otra.
—No iba a ninguna parte con Ashley. Ha ido a despertar a Liam.
—Pues tengo la impresión de que la gente no piensa lo mismo. Sólo llevamos aquí un par de horas y las has pasado con ella.
Habían llegado a su habitación y Joe sacó la llave del bolsillo de la camisa.
—Ashley y yo trabajamos juntos.
—Ya, claro, pero se supone que tu prometida soy yo.
—Por favor, Demi, si acabamos de llegar...
—Mira, sólo digo que no eres un prometido muy convincente —lo interrumpió ella, quitándose el pareo—. Das un respingo si te toco, te pasas las horas con Ashley y no quieres saber nada de mí. Si no quieres que esté aquí, puedo marcharme.
Joe se pasó una mano por el pelo.

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