miércoles, 12 de junio de 2013

(_¸.•'´ *Solo Amigos*`'•.¸_) Jemi Cap:2



Demi se colocó en posición para las fotografías, organizadas por Nick. En una de ellas aparecían las antiguas compañeras de piso Caro, Miley, Selena y Demi, las tres primeras con sus maridos, claro.
Y luego la foto de Selena y Taylor con Miley, Nick, Joe, Ashley y ella.

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Demi se dio cuenta de que, en las fotos, era la única que no tenía pareja. Y le resultaba raro. Ella siempre había sido la que tenía novio, mientras Miley y Selena lloriqueaban porque era imposible ligar en Londres, de modo que esta situación le resultaba irónica.
No pensaba darle a Ashley la satisfacción de decirlo en voz alta, sino todo lo contrario. Sonrió, bromeó y habló con todo el mundo hasta que se dirigieron a la carpa que habían montado en el jardín de la casa de los padres de Selena.
Pensaba que lo estaba haciendo bien, pero a Joe no lo engañó. Seguramente la conocía demasiado bien, se dijo. Y no quería contarle que estaba triste porque entonces le preguntaría por qué... y no sabía por qué.
Aunque eso no era cierto del todo. Sí lo sabía.
Tenía que ver con Ashley. Tenía que ver con que Joe ya no era el estudiante larguirucho al que conocía desde tanto tiempo atrás. Para Demi, era como ver a un extraño. No había nada extraordinario en Joe. Tenía un rostro normal, los ojos azules grisáceos, el pelo castaño...
Pero hasta entonces no se dio cuenta de que en aquellos catorce años había adquirido una presencia sólida, madura, y un aire de competencia que resultaba impresionante. Nunca se había fijado en su boca o en sus manos. Nunca se fijó en que tenía un cuerpazo. No era excepcionalmente alto, pero sí fibroso y se movía con gracia.
Y ahora que lo había notado, no podía dejar de mirarlo.
Eso la hacía sentir incómoda. Era Joe. Su mejor amigo, al que contaba todos sus disgustos, sus penas y sus alegrías. Había llorado en su hombro más veces de las que quería recordar. Joe la había visto sin maquillaje, en pijama, con resaca... Estar con él era como estar con Miley o Selena, tan cómodo como ir en zapatillas.
Pero, de repente, no se sentía cómoda con él y no entendía por qué.
En ese momento, Joe se dirigió hacia ella y Demi tomó un sorbo de champán para calmar los nervios. El mismo Joe de siempre. Era una tontería pensar que algo había cambiado entre ellos.
— ¿Estás bien?
—Sí, claro. ¿Por qué?
—Porque pareces un poco tensa. No sé... ¿Will y tú tenéis problemas?
Demi dejó escapar un suspiro.
— ¿Por qué te empeñas en que mi relación con Will sea un desastre? —le espetó, irritada—. Will es estupendo. Es increíblemente atractivo, generoso, inteligente, tiene éxito en la vida...
Era, pensó, angustiada. Cuando conoció a Will se volvió loca por él. ¿Por qué ya no podía sentir lo mismo?
—Ya, claro.
—Es que lo echo de menos. Y la casa está muy vacía sin Selena.
—Ya me imagino. ¿Vas a quedarte allí?
—Supongo. El alquiler es muy bajo. Miley no necesita el dinero... una de las ventajas de tener un marido rico, claro. Así que puedo pagar el alquiler yo sólita.
—Pues si Will es tan perfecto como dices, no sé por qué no te vas a vivir con él. ¿Es que no quiere comprometerse? —preguntó Joe, sarcástico.
— ¡Y eso lo dices tú! Tú, que nunca te has comprometido con nadie.
—Estoy esperando a la mujer perfecta —contestó él.
—De eso nada. Lo que pasa es que te da miedo.
— ¿Cómo puedes decir eso, Demi?
—Sí, sí, ya sé que viajas en convoyes por zonas de guerra, que rescatas gente de la montaña y todo eso.
Antes de abrir su propia empresa, Joe se dedicaba a dar apoyo logístico a las expediciones de organizaciones no gubernamentales y a otras como Cruz Roja Internacional. La mayoría tenían como objetivo ayudar en zonas en las que había ocurrido una catástrofe, pero también organizaban expediciones para personas que, sencillamente, querían vivir una aventura.
Demi no entendía por qué alguien pagara dinero para estar muerto de frío y de miedo durante un mes, pero el negocio de Joe iba viento en popa.
—Sé que has estado en muchas zonas de peligro, pero eso son riesgos físicos. ¿Te has arriesgado alguna vez de otra forma?
—Abrir mi empresa fue un riesgo —replicó Joe.
—Un riesgo económico, sí. Pero yo hablo de riesgos emocionales.
—Todos los riesgos son iguales. Tienes que mirar la situación de forma lógica, no emocional, y comprobar hasta dónde puedes llegar.
Cuando se ponía así de lógico, Demi se preguntaba cómo podían ser amigos.
—Y en cuanto a las relaciones sentimentales, nunca me ha parecido que mereciese la pena el riesgo —seguía diciendo él—. Pero no es una cuestión de tener miedo.
— ¿Ah, no?
—No todos somos como tú, Demi. No todo el mundo invierte su vida en una relación cinco minutos después de conocer a alguien. La experiencia debería haberte enseñado a ser más cauta, pero no. Apenas has salido de una relación desastrosa cuando ya te has embarcado en otra.
—Eso es mejor que no profundizar en ninguna relación y preguntarte siempre si has perdido la oportunidad de tu vida —replicó ella.
— ¿Y eso es lo que tienes con Will?
Demi levantó la barbilla, desafiante.
—Pues sí.
—Entonces, ¿por qué no vivís juntos?
—Porque nos va muy bien así. Todo el mundo necesita tener su propio espacio.
Joe no se molestó en esconder su incredulidad.
— ¿Tú? Pero si eres la persona más sociable que conozco. No creo que tú necesites tu propio espacio.
—A lo mejor no me conoces tan bien como crees —replicó ella, irritada—. De hecho, estoy deseando vivir sola. Llevo acostumbrándome desde que Selena conoció a Taylor, así que ahora no me siento tan rara. Y aunque acabe compartiendo la casa con otra persona, no será lo mismo. ¿Dónde voy a encontrar a alguien con quien me lleve tan bien como con Miley y Selena?
— ¿Qué tal Ashley? —preguntó Joe.
Demi lo miró, sorprendida. ¿Ashley?
— ¿Y eso?
—Está buscando piso y seguro que os llevaríais bien. Yo diría que es perfecta para ti.
¿En qué planeta vivía aquel hombre? Demi lo miró, incrédula. ¿Creía que Ashley y ella podían llevarse bien? Evidentemente, Joe no la conocía tan bien como había creído.
—No creo que tengamos mucho en común.
Él pareció sorprendido.
— ¿No? Pues yo creo que os parecéis mucho. Ashley se dedica al marketing y tú a las Relaciones Públicas. No son trabajos tan diferentes, ¿no? Y también a ella le gustan las relaciones sociales.
—Creí que se pasaba el día escalando montañas y bajando ríos en canoa —replicó Demi, irónica.
—Le gusta el aire libre, pero también es una chica de ciudad, como tú.
Ya, seguro. Así que Ashley era perfecta. Podía abrirse paso a través de una jungla y, además, llevar los labios perfilados. Demi tomó otro sorbo de champán.
—Aunque no es una princesa como tú —siguió Joe, con menos tacto del habitual en él—. No necesita un secador cuando va de camping.
Ella hizo una mueca. Un par de años antes habían ido de camping a Yorkshire y se quedó helado al descubrir que llevaba un secador a pilas. Nunca lo olvidó. Demi estaba segura de que se lo había contado a Ashley y que ésta se habría reído a carcajadas.
—No creo que mi casa sea muy conveniente para Ashley. Está lejos de tu oficina.
—Ashley ha estado de excursión en el Sahara. No creo que tomar el metro sea un problema para ella.
—Sí, bueno, hablaré con Miley —murmure Demi, sin ningún entusiasmo—. Es su casa, así que es ella quien debe decidir.
—Estupendo —sonrió Joe—. Seguro que a Miley no le importará.
— ¿Dónde está Ashley, por cierto? Tenía que encontrar a Miley antes de que Joe lo hiciera porque no estaba dispuesta s compartir casa con su novia. Él miró alrededor.
—Ahí, hablando con la hermana de Taylor. Como si los hubiera oído, Ashley se volvió y le hizo señas a Joe para que se acercara. A pesar de que quería librarse de él, Demi se quedó atónita al ver que obedecía. Podría tener un poquito más de orgullo, ¿no?
De todas formas, era su oportunidad para hablar con Miley.
—Así que dile que no, ¿eh? —le suplicó, después de contarle la historia.
—Pero es que... Ashley parece una chica encantadora y no sé qué excusa voy a poner.
—No me cae bien —dijo Demi.
— ¿Por qué?
—No lo sé. Demasiado encantadora, diría yo. Y no creo que sea mujer para Joe.
Miley la miró, sorprendida.
— ¿Seguro que no estás celosa?
— ¿Celosa? ¿Celosa yo? ¡No seas ridícula! Yo nunca he estado celosa de Joe. Siempre me he llevado muy bien con sus novias.
—Porque ninguna de ellas se parecía a ti.
— ¡Ashley no se parece a mí!
—Sí se parece. Y seguro que es por eso por lo que no te cae bien.
Demi se volvió para buscar a Ashley con la mirada. La muy pesada no podía quitarle a Joe las manos de encima. Y, conociéndolo, seguro que no le hacía ninguna gracia.
Por otro lado, tampoco estaba apartándose.
—Yo no me parezco a Ashley. ¡Para empezar, ella es pelirroja!
—Bueno, cámbiale el color del pelo y el de los ojos ¿y qué tienes? Es muy guapa, tiene unas piernas larguísimas y es la única novia sofisticada que Joe ha tenido en su vida —sonrió Miley—. Admítelo, Demi, es un clon tuyo.
Demi no estaba dispuesta a admitir nada.
—Además de ser completamente diferentes y tener personalidades opuestas, yo diría que lo único que tengo en común con Ashley es que las dos somos mujeres.
Miley se encogió de hombros.
—Lo que tú digas.
—Además, Joe y yo sólo somos amigos. ¿Por qué iba a estar celosa?
— ¿Nunca lo has encontrado atractivo?
—No es mi tipo.
— ¿Y crees que tú eres su tipo?
Demi se encontró a sí misma preguntándose aquello por primera vez.
—Nunca me lo ha dicho. Además, él siempre ha salido con chicas que no se pintan y que se pasan el día al aire libre.
—Eso no importa.
—Claro que importa. Joe y yo somos muy buenos amigos y nunca hemos querido estropearlo acostándonos juntos. Además, antes no me parecía atractivo. Era demasiado delgado y tan estudioso...
Miley miró hacia el otro lado del jardín.
—Ha cambiado.
—Sí —murmuró Demi.
Joe, tan seguro, tan sólido, le parecía casi un extraño. En ese momento estaba hablando con alguien y cuando lo vio soltar una carcajada se le encogió el estómago. Tenía la sensación de estar cayendo al vacío y era tan intensa que tuvo que cerrar los ojos.
—Sí, ha cambiado mucho.
Asustada, Demi tomó un sorbo de champán. Entonces se dio cuenta de que Miley la estaba observando.
— ¿Qué?
—No he dicho nada.
Eso era lo peor de tener amigos que te conocen demasiado bien. No tienen que decirte nada porque saben lo que estás pensando.
—No estoy celosa, ¿de acuerdo?
—De acuerdo. Entonces, ¿cuál es el problema?
— ¿Quién ha dicho que hay un problema?
Miley dejó escapar un suspiro.
—Por favor, Demi, es evidente. ¿Es por Will?
—No... sí, bueno...
— ¿Qué ha pasado?
—Nada —suspiró ella—. Ese es el problema, que no pasa nada. Es que últimamente me siento... inquieta. No hemos discutido ni nada, pero... fue Will quien sugirió que nos diésemos un tiempo y creo que es lo que nos hace falta. Pero es estupendo, de verdad.
—Parece buena persona —dijo Miley.
—Y es guapísimo, inteligente, solvente, no está mal de la cabeza... ¿qué más se puede pedir? Si le hubiera dicho que viniera a la boda, habría venido —suspiró Demi— La verdad, estoy loca por dejarlo irse a Hong Kong. ¿Qué me pasa?
—No te pasa nada. Will no es el hombre de tu vida, nada más —sonrió Miley.
—Pero si alguien como Will no es el hombre de mi vida, ¿quién lo es?
—No lo sé —contestó su amiga—. Pero lo sabrás cuando lo encuentres.

1 comentario:

  1. ohhhhhhhhhhhh demi celosa de ashley y todavía no se ha dado cuenta de esta enamorada de joe me encanto síguela pronto saludos

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