sábado, 15 de junio de 2013

(_¸.•'´ *Solo Amigos*`'•.¸_) Jemi Cap:11 Dedicado a crisangelita



Joe tuvo que apartar la mirada. Siempre había sido guapa, pero era absurdo pensar en ello. Demi era su mejor amiga. No podía haber malentendidos.
—Vamos —dijo tomando la pesada maleta—. Por Dios bendito, ¿qué llevas aquí?
—Un par de cositas.
— ¿Un par de cositas? Pero si sólo vas a tumbarte en la playa. Además de unos biquinis y una toalla, ¿qué más podrías necesitar?
—No es sólo ropa —protestó Demi—. El sol es malísimo, así que llevo cremas protectoras y luego está el pelo... el pelo se queda fatal con el agua de mar, así que llevo cremas hidratantes y mascarillas protectoras. Y los cosméticos...
Siguió dándole la lista mientras entraban en la terminal. Joe sacudía la cabeza, atónito.
—Bueno, ¿cómo estás? —preguntó entonces.
¿Cómo estaba? Sorprendido. Alarmado. Turbado por el recuerdo de aquel beso. Sintiéndose culpable por ciertos pensamientos inadecuados...
—Bien.
—Soy tu amiga, Joe, puedes decírmelo. ¿Te da miedo encontrarte con Ashley y su novio?
—No puedo decir que esté deseando verlos.
—Sé que no va a ser fácil, pero no olvides que yo estoy aquí para ayudarte —dijo Demi entonces.
—Gracias —murmuró él, sin mirarla—. Eres una buena amiga.
—Siempre lo seré.
Fue un alivio llegar a la cola de embarque. Joe se sentía raro. ¿No era un experto en situaciones complicadas?, se preguntó. Pero era fácil rescatar a un colega en apuros, lanzarse por una pared vertical o sacar a alguien enfermo de la jungla. Incluso conseguir el contrato con la C.B.C. le parecía fácil comparado con aquella repentina atracción por su mejor amiga. El podía instruir a ejecutivos para analizar una situación comprometida y resolver cualquier problema, pero no sabía cómo lidiar con aquello.
—Vamos a buscar a los demás. Seguramente estarán en la cafetería.
Fue Demi quien vio primero a Ashley y le dio un codazo para advertirlo.
—Prometiste ser agradable —le recordó él—. Recuerda que de este viaje depende un contrato.
—Lo seré.
Estaba tan preocupado por Demi que no tuvo tiempo de pensar en su reacción al enfrentarse con Ashley. Aunque, en realidad, no sintió nada en absoluto.
—Hola. Estás muy guapa.
Era cierto. Estaba radiante. Si tenía alguna duda, allí estaba la respuesta. Ashley era feliz con Liam.
Como había supuesto, iba perfectamente vestida para la ocasión con unos pantalones de color caqui, una blusa blanca y unas sandalias que eran prácticas y elegantes al mismo tiempo. De tacón plano, por supuesto.
—Hola, Joe —lo saludó ella—. ¿Cómo estás? —le preguntó en voz baja.
Joe empezaba a cansarse de que le preguntaran eso.
—Bien —contestó, aunque seguramente, como Demi, Ashley no se lo creería. ¿Por qué no podían aceptarlo?
—Hola, Ashley—dijo Demi.
—Hola —la saludó ella, sin disimular su frialdad— Y felicidades. Me han dicho que Joe y tú os habéis prometido. Un romance rápido, ¿no?
—No, en realidad hemos tardado catorce años en darnos cuenta de cómo nos queremos —replicó Demi.
—Qué suerte haberos dado cuenta justo antes de un viaje a las Seychelles —comentó Ashley, irónica.
Joe se puso tenso, pero Demi parecía controlar la situación.
— ¿Verdad que sí? Yo estoy encantada.
—No me extraña.
Joe se volvió hacia el hombre que iba con Ashley. Era alto, guapo y parecía encantado consigo mismo. En realidad, sería el tipo ideal para Demi.
—Seguro que se llama Bryan —le dijo ella al oído—. A ver si puedes ver su pasaporte.
—Se supone que debes comportarte —murmuró Joe, pero no pudo evitar una sonrisa.
Eran dieciséis personas en total y, aunque naturalmente los que trabajaban para C.B.C. se conocían todos, sus maridos y esposas no.
La conversación se animó en cuanto Demi llegó al grupo. Ella siempre había tenido la habilidad de animar las fiestas y poco después hacía reír a todo el mundo. Seguramente no sabría abrirse camino en la jungla, pero nadie mejor que Demi Stevenson para animar una reunión.
Sin embargo, le pareció que miraba demasiado al prometido de Ashley.
— ¿Por qué miras tanto a Liam?
—Porque no sé qué ha visto Ashley en él. Es absolutamente soso.
—Está enamorada —contestó Joe.
—Ya lo veo, pero no lo entiendo.
—Es muy guapo, ¿no?
—Sí, supongo que sí —murmuró Demi, haciendo una mueca.
—Pensé que sería tu tipo.
— ¿De verdad?
—Tiene ese aspecto orgulloso que tanto te gusta. Debes admitir que se parece a Will.
—No se parece en absoluto.
Joe no estaba de acuerdo, pero sabía que ella había estado enamorada de Will. Debía tener tacto, se dijo.
—Entonces, ¿Liam no es tu tipo?
—Para nada.
—Me alegro —dijo Joe entonces, mirándola a los ojos.
Se sentía un poco raro. Él, que nunca había estado enfermo, empezó a preguntarse si le pasaba algo. Eso explicaría su incapacidad para concentrarse, por ejemplo. O quizá estaba cansado.
Demi estaba hablando con otra mujer.
—Me encanta tu anillo. Es precioso.
—Gracias, es mi anillo de compromiso —contestó Demi, muy coqueta.
— ¿Lleváis mucho tiempo prometidos?
—No, sólo desde el viernes.
—Qué romántico.
—La verdad es que nos conocemos desde hace muchos años.
— ¿Y por qué habéis decidido casaros ahora?
Demi miró a Joe y después se volvió hacia la mujer.
—Ha sido algo curioso. Un día lo miré y me di cuenta de que quería pasar el resto de mi vida con él.
— ¿Y él sentía lo mismo?
—Eso tendrás que preguntárselo a Joe.
Era muy convincente, desde luego, pensó Joe. Casi lo había convencido de que era verdad. Unos segundos después, Ashley se acercó a él, contrita.
—Oye, quiero darte las gracias. Podrías habérmelo puesto muy difícil.
— ¿Por qué iba a hacerlo? A los dos nos interesa el contrato con C.B.C.
—Espero que sepas que nunca quise hacerte daño.
—No te preocupes. Me alegra verte feliz —dijo Joe.
—Y espero que tú también lo seas.
Involuntariamente, Joe miró a Demi.
—Hubiera sido un error casarme contigo. Demi siempre habría estado entre los dos —dijo Ashley entonces.
—Ella no es así —replicó Joe, indignado.
—Quizá no lo sea, pero habría estado entre nosotros de todas formas. No me sorprendió nada saber que vendría en mi lugar. Siempre pensé que estabas enamorado de ella.
Joe sintió como si acabara de entrar en un túnel oscuro.
—Eso es una bobada. Demi y yo sólo somos buenos amigos. Nos has visto juntos, Ashley. No estamos enamorados.
Ashley sonrió.
— ¿De verdad?
¿Enamorado de Demi? No podía ser. ¿De qué estaba hablando? La quería, por supuesto, como se quiere a una hermana.
Aunque él no sabía qué perfume usaba su hermana. No podía cerrar los ojos y recordar cada rasgo del rostro de su hermana, incluso las pestañas. Y, aunque la quería mucho, no se sentía mejor sólo por estar a su lado.
Como le pasaba con Demi.
Estaba enamorado de ella.
Era como si el mundo se hubiera puesto patas arriba. ¿Cuándo había ocurrido? ¿Cómo había ocurrido?
— ¿Qué quería Ashley? —preguntó Demi entonces, acercándose.

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